domingo, 31 de marzo de 2013

¡ES VERDAD EL SEÑOR HA RESUCITADO...!


“¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían:
¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!
Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan” (Lc 24,32-35)


¡Emaús! ¿No será también alguna vez nuestra aldea particular, nuestra aldea personal...? Cuando las ilusiones caen, cuando la flojedad y la rutina se instalan en nuestras vidas, es el tiempo en que caminamos hacia ¡Emaús! ¿Quién de nosotros, personalmente, no ha tenido sus momentos de decepción, de desesperanza, de zozobra, cuando la fe se borra en el horizonte de nuestras vidas? “¡Nosotros esperábamos!” dicen estos dos peregrinos que caminaban hacia Emaús la mañana misma de la Resurrección, precisamente en el momento en que todo tenía que estallar de júbilo, de alegría de ilusión y de esperanza... ¡Nosotros esperábamos...! es un pasado, no un presente.Pero hay un día en nuestra vida, ¡lo tiene que haber! que el caminante se nos hace presente a través de múltiples formas... y nos hemos dicho ¿No ardía nuestro corazón...? Es el encuentro con el Resucitado el que puede cambiar nuestro corazón y puede transformar nuestras vidas.


¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

jueves, 14 de marzo de 2013

FRANCISCO I


El Espíritu Santo nos sorprende siempre. En estos últimos tiempos vamos de sorpresa en sorpresa. Benedicto XVI nos asombra con su renuncia, una renuncia pensada, meditada, realizada desde la libertad y la humildad de quien se sabe débil pero con la fortaleza del Espíritu:

¡Gracias Benedicto XVI por tu testimonio realista, humilde y libre!

Fumata blanca y no se hizo esperar mucho: ¡HABEMUS PAPAM!.
Luego sí, tuvimos que esperar, hasta que se abrió el balcón y vino la admiración... Hasta que no se pronunció su nombre, nos mantuvimos expectantes:

¡Jorge Mario Bergoglio!, Francisco I...!


Es argentino, el primer Papa latinoamericano y Jesuita... Y se asomó al balcón. Un buen rato en silencio, parecía que estaba en otra parte hasta que de una forma sencilla y cercana comenzó: “parece que los cardenales han ido a buscar el Obispo de Roma al final del mundo pero ya estamos aquí” y vino la oración primero por su predecesor, después por él con sencillez el Padre Nuestro y el Ave María... y después dirigiéndose a toda la multitud que llenaba la plaza de S. Pedro y los que lo seguimos por la TV, la bendición y unas palabras en las que nos invitó a iniciar:

 “Un camino de fraternidad, amor y confianza mutua...”